Por un ratito.
El San Antonio que tengo anda fugitivo. Me amarré la pulsera en la comida y para la cena ya se me había caído. Otra vez pedí que me la amarraran y por la mañana la pulsera se había desatado. Una vez más, hice DOOOOS super nudos de esos corredizos y no duraron ni dos días.
Tengo un San Antonio fugitivo y esto no es gracioso. Soy la más supersticiosa con las pulseras. Por lo general, cuando se me cae una pulsera no me la vuelvo a poner por que ya cumplió su propósito. Por ejemplo, un cuerito que me regaló el Huachi estuvo conmigo un par de meses, aguantando buceadas y tratos rudos. Corté con el Huachi y a la semana ¡puf! la pulsera se había caído no se donde. Así son las pulseras, se van cuando ya no las necesitas.
¿Qué debo pensar sobre San Antonio? Opciones:
- San Toñito ya me encontró alguien (¿y dónde está, caray?), por lo tanto ya no quiere que lo traiga de cabeza
- Definitivamente ni Sn Antonio puede conmigo, así que esta es su forma de decir 'por favor ya no estés fregando'
- 4 nudos, de 4 diferentes personas han sido completamente deficientes
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