May 19, 2005

sólo soy una nena

es increíble como las cosas mas mundanas afectan las percepciones.

Hubo un tiempo en que me dediqué a jugar con mi color de cabello. El güero/pelirrojo que viene de fábrica es demasiado soft y a veces hay quien te trata de rubia tonta, así que hice un par de experimentos.

El negro contrastaba mis ojos, endurecía mis facciones y me daba cierto look exótico. Hubo quién me temía.

El morado fue casualidad del destino, una apuesta que hice. Aún así, la percepción fue de chica creativa, locochona, comprometida con la empresa. Lo malo es que me quemé el cuero cabelludo con tanto químico.

El rojo fue todo un caso de estudio. Por un lado llama la atención y da cierto aire de que se quien soy y que es lo que estoy haciendo, que tengo el poder. Por otro lado (y este fue el que me terminó fregando), entre las fantasías de cada hombre, siempre hay una que involucra a una pelirroja (shit!).

Total que ahorita ando con mi color de fábrica (pero posiblemente avive el rojo uno o dos pantones)

Este mes traigo un experimento diferente: las uñas. Normalmente uso las uñas cortitas y sin esmalte. El esmalte es de vez en cuando y me cuesta mucho mantenerlo por que mis uñitas las uso de herramienta, así que mejor me iba por lo simple.

Pues ya no.

Me puse uñas de acrílico. Uñas superpoderosas de alta resistencia y que hacen que el esmalte dure al menos tres semanas. Uñas más largas de lo que mis débiles uñas naturales podrían estar. Uñas que me alargan los dedos y me hacen ver femenina (¿qué onda con mi comercial?).

Sorprendente, pero estas uñas han cambiado muchas cosas. Pa empezar, traigo un severo handicap. Las puntas de mis dedos están lejos de los objetos, entonces se me dificulta levantar monedas, abrir latas y esas cosas... Para ciertas actividades he tenido que modificar la forma de usar las manos.

Pero, oh, behold! A las nenas lindas de uñas largas y perfectamente cuidadas se les perdona todo. Han pasado cosas que a la charalito de uñas cortas no le pasaban: perfectos desconocidos me ayudan a abrir paquetes o latas cuando se dan cuenta de que no me es posible hacerlo por mi misma. Los vecinos me perdonan las actividades rudas de mantenimiento de espacios públicos. Cuando buceo ya no debo de cargar mis propios tanques, sino que ahora hay voluntarios. ¡Y hasta me abren las puertas de los autos!

¿Quién dijera que el ser voluntariamente discapacitada en pos de la belleza podría traer tantos beneficios?

3 comments:

Enigma said...

Jejejeje virtudes de ser mujer, aunque este comentario no busca en nada encender una guerra de sexos, te felicito, me robaste un par de sonrisas.

Saludos.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra.

Mauricio said...

yo me dejé la greña larga desde hace 10 años...

sí, me volví más exótico, poderoso, interesante e intimidatorio... pero hasta la fecha nadie me abre las puertas del carro y mucho menos me carga la mochila cuando ando en el cerro. alguna vez un incauto tuvo a bien agarrarme las nalgas al no darse cuenta de que la vikinga estaba lo suficientemente peluda como para romperle el hocíco por semejante atrevimiento, pobre chaparro...

te felicito por el cambio, todos los cambios son buenos, nada más no vayas a abusar de tus poderes (o discapacidades), jejejeje

Anonymous said...

Yo te vi con el cabello negro hace siete años. Guapisima, exótica y terrorífica. Luego vi fotos con el cabello morado.... mmmh, no era lo mio. Luego con un guero platino casi blanco que te hacia ver como ancianita. Sera porqué estoy acostumbrado al de fabrica. Bien de cualquier forma.
No me imagino las uñas...