February 21, 2005

cómo echar a perder la bisutería

mi madre se dice sencilla y nada fijada. Miente. Es la más fresa del planeta y se encargó de maleducarme.

Simplemente con decirles que le pidió a mi papá que no le diera anillo de compromiso si no era un diamante perfectamente blanco, sin la menor impureza, de no se cuantos quilates y con tal tipo de montura. El famoso anillo fue entregado cuando cumplieron 15 años de casados.

La regla de mi mamá es muy simple: ella no cree en la bisutería. Nada de circonias o cristales Swarovski o piedritas de colores. Con ella es o no es. Prefiere un diamante bueno que quincemil baratijas.

Con semejante educación me es imposible comprar accesorios. He comprado plata, amatista, ámbar, coral y un zafiro. Pero hasta ahi. Únicamente cosas que no pretenden parecer nada más... lo cual limita muuuuuuuucho la selección.

Este año he traído en mente la idea de hacerme un regalo. Un regalo de 'querida charalito, eres fabulosa, espectacular, responsable, chambeadora, adorable y muy buena persona. Por favor no te sientas mal cuando los niños feos hacen comentarios tontos, cuando apagues el incendio de velitas que tendrás en tu pastel o cuando veas tu primera cana (que todavía falta mucho para ese día)'. Ese regalo no es algo útil, como un wetsuit nuevo ni un aparato de sonido ni una batería de cocina. Quiero algo lindo, inútil, impráctico y caprichoso. ¿No me han estado diciendo mis estimados lectores que me quiera más a mi misma? Pues me quiero. Y quiero un detallazo de mi para mí: JOYERÍA.

Ahí es donde entra la malaeducación de mi madre. No cualquier cosa califica. :(

Después de buscar inútilmente en los comercios locales, hoy encontramos ese regalo fabuloso, justo a tiempo para que llegue en mi cumpleaños 28. Un collarcito precioso con su lindo juego de aretes.

Y ya se donde los pienso estrenar...

No comments: