cafeína

1er día de regreso a clases. ¡Tenaz! No eran ni las 12 del día y ya se me estaban cerrando los ojitos. No culpo al cambio de horario, por que la noche anterior ya estaba dormidita a las 11pm. El caso es que ya no podía mas. Me fui directo a la cocina y, en contra de mi panza y las buenas costumbres, me serví una megataza (aprox dos tasas normales) de café, rematado con montones de cajeta light.

3 de la tarde. Sigo con sueño a la hora de la comida. ¿Café? Si, por favor. Tasa número tres de este charal 'abstemio'. No se si esté relacionado, pero hasta bochornos me daban.

Fui a clase y de regreso. La materia requiere un caso Harvard cada semana. Adiós vida social. Pasear al perro, cenita rápida, tengo los ojos como lechuza. La cafeína surtió efecto.

Y, claro, hoy me duele la panza. Y, por supuesto, mi cuerpo sigue pidiendo café. Creo que por fin, a los 28, me he convertido en estudiante.