más frustraciones adolescentes

anoche me quede hasta las 2.30am platicando con regioman y me sacó toda la sopa (ver post anterior). Soy pésima en eso de guardar secretos caray. Me sacó la sopa de lo de la secu, pero dudo que conozca el background, asi que les toca a uds leer la cantaleta.

Sexto de primaria fue mi mejor año en el Motolinía. Ese año me sentia ama y señora del universo y la sociedad. Tenía un muy buen círculo sólido de amigas, era una socialité hecha y derecha de tardeadas y kermesses y además era muy feliz. Hasta que un santo día me dicen que me cambio de escuela. No se imaginan la rabieta. Y pa colmo, Ceci, mi mejor amiga desde MATERNAL se enoja conmigo por que por mi culpa va a tener que irse a la secu en el camión escolar. A los doce años esto es el acabose. Súmale que acababa de conocer a un niño precioso que solo veia cuando iba por su hermanita al cole y ya nunca jamás lo iba a ver. Drama. Drama. Drama.

Pasé un verano maravilloso con mis amigas de las Guías, de vaga por la colonia todo el día, conociendo gente, platicando con mis amiguitas mayores, alivianándome y preparándome para mi nueva escuela.

Pues llega el primer día de escuela y resulta ser que en la generación eramos apenas 33 y 7 de nosotros eramos de nuevo ingreso: Alcira, Dalia, Jessy, Olga, Sara, Alma Luz y Charalito. Pues no van a creer, pero las 26 escuinclas crueles no nos aceptaban en su grupito así que las nuevas hacíamos nuestra propia 'bolita' a la hora del lunch. Un par de semanas después fui a la primera que integraron al círculo social del Liceo. Yo feliz! Pero después super triste cuando me enteré por que...

Yo llevaba 12 años viviendo en la inocencia total. Era inmune a la publicidad y al consumismo. No tenía idea que existían las marcas ni nada por el estilo. Me ponía ropa sorianera un día (y vaya que si, mis pantalones de pana rosa a los 6 y el camison de rosita fresita a los 8 eran totalmente sorianeros) y al día siguiente era toda una figurina salida del Teen Vogue. A mi me daba exactamente igual.

Pues resulta que en mi primer día de clases, involuntariamente, iba vestida 'de marca' de pe a pa. Desde la diadema hasta las chanclitas. Y además todo de la misma marca y de la línea más nueva. Además, mi lunch consistía de snacks gringos de esos single serving (cortesía de que mi madre no cocinaba ni en defensa propia). Entonces yo era cool y merecía ser aceptada.

Se podrán imaginar mi cara de whaaaaat? Nomás por esos detalles materiales era yo mejor que el resto de las nuevas y por lo tanto digna de entrar a la sociedad! Por un lado me daba pesar, pero por otro lado, aproveché.

Después salió otro factor cool de charalito: conocía niños. No uno, no dos, muchos. ¡Y además, hasta le gustaba uno! Muchos recreos les conté de mis amiguitos y en especial del niño que me gustaba (hoy regioman) y era la storyteller favorita que les daba updates cada vez que veía al niño. Hasta que un santo día en Plaza Fiesta nos topamos a regioman y se me ocurrió presentarlo a mis nuevas amigas.

Un par de días después tomé vacaciones largas con mi familia y no regresamos sino hasta enero. Entro al salón y resulta que de las 33, a VEINTICINCO les gustaba regioman. El nombre de regioman estaba en más libretas que Corey Haim o Tom Cruise o cualquier otro ídolo juvenil. Y además hasta hubo quienes convencieron a sus madres de entrar a las clases de inglés del Americano nomás pa estar cerca del galán. Me parecía de quinta categoría que mis 'amigas' tuvieran tan poca memoria, todas se fueran como mosquitas con regioman y nadie se acordara de que era el niño que me gustaba a MI.

Así estuve un mes analizando en silencio la situación. Llamé a consejo familiar y también hablé con las que después resultaron ser mis verdaderas amigas (hola alcira!). Llegamos a las siguientes conclusiones:

1. A las liceitas tenia que aguantarlas dos años mas, así que no convenía pelear, y menos por un niño
2. Tengo DOCE años, imposible llegar a nada con mi crush
3. Pa acabarla de fregar, mi crush ni me pela
4. El famoso crush es un cabeza hueca que prefiere tener un harem que reconocer quienes son sus amigas de verdad (ok, reconozco que este fue un gran error de juicio, pero recuerden que tenía 12 y que esto venía influenciado por mi familia porrista y este es el tipo de consejos que siempre dan los papas). Flojera total.
   

Así que, me hice guey y fingí que no me gustaba. Hasta inventé andar por equis otro niño. Y a regioman le sacaba la vuelta (si no es que hasta la lengua). Supongo que es más fácil decir que el niño te cae mal que reconocer que te gusta pero hay mucha competencia y el tipo ni te pela. ¿Se pueden imaginar cuanto duele esto cuando tienes doce años?

Nunca les dije nada a las liceitas, ni creo que se hayan dado cuenta. Simplemente me dediqué a tratarlas por encimita y a la vez guardar un rencorcito. Y el rencorcito fue creciendo cuando veía que seguian de materialistas e interesadas, que no iban a las fiestas de mi amiga Alcira solo por que vivia en la Anahuac y aquella bola de fresas no salía de San Pedro... y mil quinientas cosas más.

Aunque debo reconocer que no todas eran así y había niñas super valiosas, es totalmente acertado decir que fui muy FELIZ el día que me gradué de secundaria y no tuve que volver a verles las caras.

Supongo que la vida las ha cambiado y no son como las recuerdo... Y también que en el próximo año me tocará toparme con ellas, saludarlas y hasta interactuar socialmente. Por eso prefiero desde ahorita ir sacando mis frustraciones and just get it over with.

Y no, regioman, no ando contigo nomás por vengarme de las liceitas ni pa cerrar ese círculo. Ando contigo por que te adoro, eres la persona mas interesante que he conocido y lamento mucho haberte juzgado tan feo y borrarte del mapa de la noche a la mañana