no muevan el barco

la semana pasada tuve una serie de sueños raros. Todos relacionados con la hija del Huachi. Que se le perdía su Zafra Bis, que el hurón de la nena andaba suelto en mi casa, que me invitaba a su piñata de cumpleaños... Normalmente, cuando tengo un sueño así, le llamo a la persona soñada pa contarle y decir hola, pero como se trata de un exnovio cuya herida tardó en cicatrizar, decidí no moverle a la costrita.

Pues hoy me contacta un amigo del Huachi. Que soy una méndiga, que por que le quité el saludo a su cuate, etc, etc. A ver, explícame bien. ¿No se supone que este guey fue quien me dijo que no podíamos ser mas que amantes? ¿Y pa colmo el mero día de Valen-fucking-tines? ¿Y además había otra vez que habíamos terminado por que se declaraba no-apto (inepto es lo correcto, pero así de inepto fue)? Indeciso le queda corto, a veces es un sol, a ratos un verdadero patán. Y además, yo no le retiré el saludo, el no me busca, yo no lo busco, así de simple.

Dice el amigo chismoso que justo cuando me fui a Monterrey en marzo, justo el fin de semana que me reencontré con regioman, el Huachi había pensado las cosas. Que pensaba pedirme que regresáramos, que tuvieramos una relación formal, que conviviera más con su hija, que buscáramos un depa y viviéramos juntos. El kit completo. Pero que yo regresé con la cabeza en el cerro de la silla, le conté del regio y todo su castillo en el aire se desmoronó.

Y sin embargo, que el Huachi se sigue dando de golpes contra la pared. Que la semana pasada se fue de camping/buceo a Isla Lobos y soltó la sopa. Que soy la mujer de su vida, con quien mejor se la pasa, con quien puede compartir todo... y con quien la cagó bien y bonito.

¡Chale! Lloré y su amigo me escuchó llorar. No lo pude evitar, la historia es medio trágica. Todo lo que yo quería en esa relación iba a llegar justo cuando yo ya había dado carpetazo.

Pero aún así: ¿no te parece, mi querido Huachi, que es muy cómodo decir estas cosas ya después de atole? ¿no te parece injusto que me venga a enterar de esto y tu felizmente en casa con tu ego hinchado y el trasero aplastado en el sillón? Si te interesara, me hubieras buscado. Sabes donde vivo, donde trabajo, a que hora salgo, mis 3 teléfonos y hasta a que hora paseo mi perro. ¡Cómo estorba el orgullo!

Estaba el charalito confundido, secándose las lágrimas, pensando en el hubiera (noooo, el hubiera es terrible) cuando por arte de magia aparecen dos docenas de rosas en mi escritorio. Es el hombre tántriko. El hombre que me aprecia, me da las gracias por existir, se acuerda de los minimos detalles de nuestras conversaciones, me aguanta las guácaras y los regaños, y por si fuera poco, manda rosas.

¡Gracias bombón!